
El profesor de Historia Contemporánea de la Universitat de València Francisco Fuster, especialista en el primer tercio del siglo XX español y, más concretamente, en la literaria Generación del 98, ya ha publicado sus investigaciones sobre autores como Pío Baroja o Julio Camba y sobre la época en la que vivieron y trabajaron.
Ahora llega el turno de Azorín, del que acaba de lanzar Azorín: clásico y moderno, una biografía ampliamente documentada en la que trata de trazar todos los perfiles del escritor de Monóvar. Luis Boyer, presidente de la Fundación Mediterráneo, ejercerá de anfitrión y contertulio de Fuster en la presentación del volumen, junto al profesor José Ferrándiz.
Azorín: clásico y moderno, el nuevo libro del historiador y profesor de la Universitat de València Francisco Fuster, es una de las voces más autorizadas en este periodo histórico. Fuster ha dedicado buena parte de su trayectoria investigadora al análisis del pensamiento, la prensa y la literatura de aquella generación. Ha publicado trabajos sobre autores como Pío Baroja o Julio Camba, y sobre los contextos culturales y políticos que marcaron su obra. Ahora dirige su atención a Azorín, un personaje central en la historia intelectual de la España contemporánea, que definió su estilo a través de una prosa depurada, una mirada melancólica y una ambición narrativa silenciosa pero firme.
José Martínez Ruiz, Azorín, nace en Monóvar en 1873. Le toca, por tanto, vivir una época convulsa en la que España pierde sus últimas colonias americanas, cambia el siglo, se instaura la República tras el reinado de los dos monarcas que conoce, estalla la Guerra Civil, Franco toma el poder, se suceden dos guerras mundiales y la dictadura, la segunda a la que se somete el país en este periodo, se alarga más allá de 1967, cuando fallece el escritor alicantino.
Azorín fija su paso como político conservador, se enrola en las redacciones de varios periódicos, publica novelas, ensayos, teatro y asiste al nacimiento y desarrollo del cine, que le acaba cautivando. En un entorno como este, con una España que no resiste el ritmo que marca el resto de países occidentales, un observador atento como el autor de La voluntad, Castilla o La ruta de Don Quijote, que durante su carrera literaria llegó a firmar con su propio nombre y tres seudónimos, no puede observarse desde un solo punto de vista. Azorín exige que la mirada de un biógrafo se detenga en cada una de sus aristas.
Es esa la intención desarrollada por Fuster en la biografía que ahora publica Alianza Editorial, académica, profusamente documentada, pero también ágil y amena. Adentrarse en un personaje complejo, creador de una de las bibliografías más originales y representativas de la Generación del 98. El gran maestro de la frase corta y la sintaxis nítida, tan capaz de afianzarse en los clásicos como de experimentar con las vanguardias y trascender el tiempo. El gran cronista de un país que entendió de varias maneras contrapuestas, en su afán constante por huir de la fatalidad, del destino.