
El rostro de Laura de Chiclana ha ocupado las pantallas de todos los españoles desde que dio comienzo el conflicto en Ucrania, y ahora también desde la guerra entre Israel y Gaza. Con su filosofía de “vivir por los demás” la sevillana ha permanecido en el campo de batalla en diferentes conflictos, y el último ha sido el de Israel. Una labor impecable durante dos años que le ha llevado a recibir un galardón en la categoría Juventud de los Premios Emilio Castelar.
Ser mujer y corresponsal de guerra no es tarea fácil. En un escenario en el que destaca la cantidad de hombres por encima de las mujeres, la periodista andaluza ha tenido que convivir con una serie de piedras en el camino ajenas a la guerra: “Nosotras como mujeres tenemos más obstáculos. No solo tenemos que pensar en hacer bien nuestro trabajo, sino también en cómo hacerlo y en luchar para ser igual de respetadas que nuestros compañeros”, confesó en la entrevista.
La influencia cultural y los prejuicios pueden hacer que las mujeres sientan más miedo que los hombres a fracasar y crean que tendrán que superar muchas más barreras. Ambas cosas pueden disuadirlas de poner en marcha sus proyectos. Es necesario visibilizar a las mujeres que están emprendiendo, necesitamos referentes.
Con este ciclo lo que pretendemos es dar luz a mujeres de éxito, mujeres que también son madres, mujeres que han tenido que aprender a crecer personal y profesionalmente para liderarse a ellas mismas, mujeres que han luchado sin miedo por sus sueños, mujeres creativas que se han hecho a sí mismas en su ámbito profesional, mujeres que sirven y servirán de ejemplo a otras para ver que sí se puede liderar, triunfar y ser mujer.