
La Fundación Mediterráneo, de la manos del Ensemble Magerit, propone un recorrido por dos obras cumbre del repertorio camerístico para clarinete y cuerdas, escritas con apenas unas décadas de diferencia, pero profundamente distintas en espíritu y contexto: los quintetos K.581 de W.A. Mozart y el nº 3, op. 23, de Heinrich Baermann, dos obras imprescindibles.
PROGRAMA
H. Baermann (1784-1847)
Quinteto para clarinete y cuerdas en Mib nº 3, Op. 23
I. Allegro non troppo
II. Adagio
III. Allegro
W. A. Mozart (1756-1791)
Quinteto para clarinete y cuerdas en La M, Kv. 581
I. Allegro
II. Larghetto
III. Menuetto
IV: Allegretto con variazioni
En 1789, Mozart atravesaba una profunda crisis personal y profesional. Alejado de los grandes encargos, componía arias por encargo para óperas ajenas o para reposiciones de Las bodas de Fígaro, y recurría a la ayuda económica de amigos para hacer frente a la enfermedad de su esposa y la precariedad familiar. A pesar de este entorno adverso, ese mismo año escribió su Quinteto para clarinete y cuerdas en La mayor, K. 581, una obra de luminosa belleza que parece desafiar las sombras de su contexto vital. Como señaló H.C. Robbins Landon: “la música sonríe a través de las lágrimas”.
Dedicado al clarinetista Anton Stadler, amigo cercano y también figura ambigua por sus continuas deudas con el compositor, el quinteto fue estrenado en diciembre de 1789 en un concierto benéfico. Stadler fue una inspiración constante para Mozart en sus últimas obras dedicadas al clarinete. El Quinteto K. 581 se sitúa así en el cruce entre la adversidad y la genialidad, trascendiendo el sufrimiento desde una serenidad casi sobrehumana.
Heinrich Baermann (1784–1847) nació en Potsdam, cerca de Berlín, y estudió clarinete y composición en la capital prusiana. Fue uno de los grandes virtuosos del clarinete en la primera mitad del siglo XIX y, aunque compuso varias obras de envergadura, su nombre ha perdurado sobre todo como fuente de inspiración para compositores más conocidos como Carl Maria von Weber, Felix Mendel- ssohn, Giacomo Meyerbeer, Franz Danzi o Peter von Lindpaintner.
Su Quinteto para clarinete y cuerdas en Mi bemol mayor nº 3, Op. 23, compuesto en 1821, destaca por la belleza lírica de su movimiento central, un Adagio que durante más de un siglo se atribuyó erróneamente a Richard Wagner. Gracias a esa confusión, este quinteto fue una de las pocas obras camerísticas de Baermann que se mantuvo viva en el repertorio y que ha llegado a nuestros días.
La Fundación Mediterráneo presenta su temporada de música clásica "Los Conciertos de la Fundación", una serie de actuaciones que tendrá lugar en el Aula de Cultura de Alicante. Este ciclo reunirá a destacados intérpretes nacionales e internacionales que nos deleitarán con una variedad de repertorios que abarcan desde la música renacentista hasta obras de compositores contemporáneos. A continuación, te presentamos la programación completa: