Ignasi Aballí

Licenciado en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, Aballí ha desarrollado un programa plástico de enorme coherencia conceptual desmaterializando lo pictórico y abundando en la dimensión temporal del espacio pictórico. Carta de colores, A diario, Desapariciones y Nada para ver, algunos de los títulos de exposiciones individuales suyas, ofrecen pistas por las que rastrear con relativa facilidad su laborioso método de trabajo basado frecuentemente en la clasificación, archivo y recolección de familias de elementos y/o materiales con los que compone y construye sus obras. Pintor que rehuye la práctica pictórica, pero cuya obra no deja de encerrar una plasticidad evidente. Si Víctor

L. Stoichtia ha registrado y explicado magistralmente el origen de la pintura a partir de la sombra, Aballí ha profundizado como pocos artistas en la problemática de la doble dimensión espacial y temporal del concepto de huella.

Una de las piezas que integran la Colección, la serie fotográfica titulada Reflexiones, está conformada por 23 fotografías en las que se puede entre ver el reflejo sobre el suelo de diferentes obras de artistas (Richter, Forg, Morandi...) colgados en paredes de museos o salas de exposiciones. A partir del doble significado de reflexión : meditación, sugerencia y acción de reflejar (se), Aballí busca provocar la reflexión, la meditación del espectador que alude al reflejo especular, físico y óptico de una superficie (el cuadro) sobre otra (el suelo). La obra registra el reflejo de otra obra que produce un rastro, un espejismo, un fantasma. Toda una reflexión poética sobre los límites de las cosas, la fragilidad de lo sólido, el paso del tiempo.