José Ramón Amondarain
Obras del artista
Mucho se ha debatido a lo largo de s. XX sobre la naturaleza, la definición de arte, sobre los límites de lo artístico. Proceso que lejos de decaer sigue plenamente vigente en la esfera artística contemporánea. Lejos de mi intención resumir las infinitas aristas de este caleidoscopio de imposible fijación, pero sí señalar algunas derivaciones más o menos fluctuantes: del objeto al concepto, de la materia al lenguaje, de la manualidad a la tecnología, del hacer al proyectar. Desde esta perspectiva, una de las vías de actuación para fijarse con relativa solidez en los resbaladizos y movedizos territorios artísticos en la autorreferencialidad.
Sirva esta digresión para introducir las obras de este artista que forman parte de la Colección. A pesar de sus incursiones en la escultura, el dibujo y la fotografía, es en la pintura donde se concentra un abanico de opciones recurrentemente ampliadas mediante la diversidad de motivos objeto de estudio y de representación. Aparente galimatías inicial que se sostiene gracias a un férrea estructura conceptual que J. R. Amondarain viene desarrollando con una contundencia y exhuberancia que pueden producir un cierto desconcierto si no se conoce a fondo la trayectoria de este prolífico creador. Sorprendentes variaciones sobre un mismo tema –la representación pictórica- que resuelve con desparpajo y rigor envidiables.
Amondarain se desliza con soltura tanto en la historia de la pintura como en el análisis exhaustivo del lenguaje pictórico. Así, las referencias estilísticas, las citas históricas en todas sus vertientes, conviven sin problemas con la disección extrema del lenguaje desde la materia y el material (pictóricos), hasta el completísimo sistema de representación visual que también es la pintura.

