Perejaume Borrell y Guinart
Obras del artista
Desde sus inicios, su trabajo artístico se situó equidistante entre la escritura y las artes visuales, rasgo que ha mantenido a lo largo de los años. Buena prueba de ello son los numerosos ensayos que ha publicado. Su trabajo se sitúa también en esa frágil pero sempiterna frontera entre cultura y naturaleza, problemática que ha sabido trasladar con inteligencia y sensibilidad al ámbito de la representación pictórica y, sobre todo, al de la percepción del espacio geográfico y sus intersecciones y diferenciaciones con el espacio cultural.
La variedad de medios empleados en su obra, tales como la pintura, la escultura, la instalación, el video, la escritura y hasta el excursionismo (con un cuadro histórico a cuestas), se combina con su interés por investigar la pintura y el paisajismo desde perspectivas poco ortodoxas. El problema de la representación y del lenguaje, de la pintura con un trabajo que excede los parámetros estereotipados que se asignan a esta disciplina. La individual del Perejaume en el MACBA (1999), titulada Dejar de hacer una exposición, se situaba en el ojo del huracán de la crisis de la representación al plantear la necesidad de no hacer más imágenes ante la saturación de realidad que éstas producen. Algo así como plantear un régimen ecológico para la producción artística en general -casi siempre hipertrofiada- y más precisamente para la creación de imágenes.
Desde esta perspectiva, adquiere todo su significado la recurrente utilización que Perejaume ha hecho del marco pictórico, en tanto que límite preciso e inquietante entre realidad y ficción, entre presentación y representación, entre la veracidad del espacio natural y la simulación cultural de lo imaginario.
La obra Serralada, en la que la moldura sobredorada reproduce el perfil montañoso que se recorta sobre una hipotética línea de horizonte, supone un magnífico ejemplo del trabajo creativo de Perejaume. Con enorme habilidad discursiva el autor catalán sabe interrelacionar la literatura y el género del paisaje. La confusión premeditada entre representación y realidad viene a subrayarse esencialmente gracias a la utilización del marco.
