Lluis Hortalá

Tras un breve paso por la Escuela Superior de Bellas Artes de San Jordi de Barcelona (1977-78), prosigue de forma autodidacta sus incursiones en el ámbito artístico. En este sentido, resulta indispensable subrayar su experiencia biográfica como alpinista entre 1975 y 1982, año en el que alcanza la cima del Everest. La visión desde tan emblemático lugar juega un papel fundamental a la hora de definir lo que ha constituido sin duda el eje central de su práctica creativa: la investigación pura de la percepción humana desde esa visión de la naturaleza materializada en el género pictórico del paisaje.

Desde finales de los ochenta inicia una serie de trabajos denominados “topografías de la visión” en los que confluyen diversas disciplinas artísticas como la escultura, la pintura, la fotografía y, sobre todo, el dibujo. En estas obras, Hortalà plantea con eficacia la singular síntesis paisaje-percepción que aproxima su trabajo más al plano conceptual de la visión, de la percepción de la luz que al representacional del género tradicional.

La instalación Without still life propone un recorrido desde técnicas, soportes y enfoques diferenciados, sobre ese binomio percepción-paisaje. Esas formas ovales que remiten a una lente, un espejo o el propio cristalino ocular, permanecen constantes pero insertas en contextos muy diferenciados. Desde la repetición sistemática cercana al Op-art a la forma única integrada en una serie de líneas y símbolos aparentemente propios de construcciones científicas, pero cargados igualmente de referencias duchampianas. Del reflejo de la naturaleza exterior a la construcción interiorizada de un microuniverso propio.