Manu Muniategiandikoetxea
Obras del artista
A finales de los ochenta y posteriores noventa, su nombre se convirtió en uno de los referentes de la renovación del panorama pictórico vasco. Muniategi, al igual que otros compañeros y los también becarios de Endesa: J. R. Amondarain y Javier Alkain, se vincula a actividades de arteleku, donde instala su taller y participa, entre 1992 y 1997, en diferentes talleres de significativos artistas del momento.
La obra de Muniategi se define por la búsqueda de registros y posibilidades formales que, partiendo de lo bidimensional pictórico, se expanden hacia lo tridimensional escultórico. Partiendo de unas claras referencias constructivistas, Muniategi actualiza las citas históricas de obras y artistas para él especialmente interesantes, y lleva a un territorio personal firmemente anclado en determinados supuestos deconstructivistas, como la consideración de que todo es un texto sin principio ni fin, de tal modo que al artista sólo le queda reescribir, recomponer fragmentos de esa totalidad y reordenarlos para obtener nuevos efectos de sentido.
Su producción múltiple y extensa insiste en explorar los límites de la pintura, en investigar las particularidades del medio y sus derivaciones hacia otros soportes. En esta dirección, lleva años trabajando obras que podemos calificar de “expansivas”: pinturas, dibujos y esculturas, que en su exhibición pública intervienen y dialogan con el espacio expositivo.

