
La danza está en constante evolución. Busca nuevas vías de expresión tanto en la coreografía de partituras clásicas como en la puesta en escena de piezas creadas por autores contemporáneos.
También trata de dar voz a las inquietudes de la sociedad, romper barreras y acabar con los estereotipos. Bach tiene encaje entre los ritmos surgidos de las calles del siglo XXI, el cisne de Tchaikovsky puede interpretarlo un hombre. La adaptación de la danza a los intereses de los nuevos espectadores es la guía que marca el arranque del ciclo Mediterráneo en Danza, que vuelve un año más a nuestras sedes de Alicante y Murcia.














