Victoria Civera
Obras del artista
Tras cursar sus estudios de Bellas Artes en la Facultad de San Carlos de Valencia, Victoria Civera forma equipo con el pintor santanderino Juan Uslé (entonces compañero y hoy su marido). En 1987 se trasladan a Nueva York, sin dejar perder el contacto con Saro (Cantabria) lugar en el que también tienen estudio de trabajo.
En los años ochenta, Victoria Civera realizó una serie de pinturas de gran formato marcadamente neoexpresionista, en las que el gesto, la materia, el color de gran sobriedad y las formas circulares (una de las constantes que ha permanecido hasta la fecha), caracterizaron su trabajo. Tras fijar su residencia en Nueva York, su obra derivó hacia la tridimensionalidad; desde las instalaciones y las piezas multimedia hasta la fabricación de objetos, y hacia un “enfriamiento” conceptual. En otras palabras, la importancia del acto –del hecho- mismo de pintar, fue cediendo paso a la fase de construcción mental del proceso creativo. Su pintura se concreta en pequeños formatos, muchos de ellos circulares, que los aproximan a lo objetual. Las formas abstractas, los colores apagados y las referencias al universo femenino perfilan ambiguamente un universo personal, íntimo.
En la década de los noventa, incorpora materiales como yeso, hilos, tejidos y se adentra en el territorio de la instalación jugando con la disposición espacial de sus “objetos” -fácil, incluso directamente, asociados a lo cotidiano- en un lugar determinado.
En estos últimos años la presencia de la pintura, esta vez claramente figurativa (la presencia de la figura femenina es recurrente) cobra de nuevo protagonismo. A destacar el desparpajo con el que se adentra en la yuxtaposición de lenguajes muy disímiles que conjugan dos géneros temáticos de larga tradición: la figura humana y el paisaje.
