
En una sociedad marcada por la aceleración, la hiperconectividad y las crecientes exigencias del entorno profesional y personal, el bienestar emocional se ha convertido en un reto fundamental para el ser humano contemporáneo. Las dinámicas laborales intensas, la sobreexposición a estímulos digitales y la presión por responder a expectativas sociales generan tensiones que afectan de manera directa a nuestro equilibrio mental y afectivo.